Afrontar una crítica puede ser un hecho difícil de gestionar. Depende a veces de quién procede la crítica, de cómo se hace, como nos afecta internamente, la actitud ante ella y también la forma de responder a una crítica, lo que condicionará el resultado posterior.
¿Qué consideramos una crítica?
En ocasiones podemos sentir dolor y rabia, pero podemos utilizar el mensaje para crecer como personas. Las críticas no dejan de ser puntos de vista diferentes que a veces nos ayudan a mejorar o tener en cuenta algo para trabajarlo, a partir de nuestra propia experiencia y la de los demás.
Todos afrontamos la misión de auto protegernos, algo que no se limita al plano físico, sino también en el plano emocional, nuestra identidad, el plano espiritual. Por ello, al recibir críticas podemos sentirnos heridos y en ocasiones reaccionar de una forma poco adecuada.
El miedo a la crítica, el temor al rechazo o a hacer el ridículo son emociones comunes que pueden interferir con la capacidad para participar en la vida o seguir adelante aprendiendo de nosotros mismos. A las personas que tienen el diagnóstico de TLP, les resulta algo más difícil regular las emociones por lo que afrontar las críticas o comentarios negativos puede suponer emociones más intensas y requerir mayor trabajo.
¿Qué hacer?
Un primer paso sería detenernos y analizar si las críticas que recibimos lo son realmente o si es nuestra manera de percibir o interpretar lo que nos dicen, lo que nos lleva a verlas de este modo. Cuando nos sentimos inseguros, podemos llegar a magnificar o malinterpretar las palabras de otros, especialmente si rozan aquellos puntos en los que somos más vulnerables. Así, un comentario neutro y sin importancia puede despertarnos una herida, un temor o un rechazo hacia nosotros mismos y llevarnos a reaccionar en exceso.
Por otra parte, discernir qué tipo de crítica es y quien la hace nos puede ayudar a saber cómo afrontarla. Existen diferentes tipos de críticas; aquellas que se centran en conductas concretas, estas pueden llegar a resultar esclarecedoras, constructivas y positivas, pues nos ayudan a identificar comportamientos y actitudes poco adecuados y aquellas que nos juzgan a nosotros como personas, en cuyo caso podemos sentirnos rechazados y no obtener ningún aprendizaje de ello.
¿Y si la crítica es despectiva?
Si alguna persona utiliza adjetivos despectivos para referirse a ti, hazles saber que ese tipo de trato te causa dolor y no estás dispuesto a tolerarlo. Pide que, en su lugar, expongan qué actos en concreto les han parecido incorrectos. Todos cometemos errores y estos no nos definen: establece límites al respecto. Si las críticas son una constante y se emiten con una intención dañina, marca límites y aléjate de esa persona si es necesario.
¿Cómo nos afecta a nivel interno?
Pero como nos afecten las críticas a nivel interno es otra historia. Algo que tiene que ver en ello es la actitud cognitiva que tenemos ante ellas. Si ante una crítica tendemos a generar un autodiscurso dominado por pensamientos negativos, esto podrá arrasarnos internamente viéndose alterado nuestro estado de ánimo, la conducta, desestabilizando nuestra autoestima y el sentimiento de seguridad propia. Si por el contrario no otorgamos como verdad absoluta los comentarios de los demás, sino que reflexionamos sobre ello, no cuestionando nuestro valor y a la vez empatizamos con la otra persona desde una postura asertiva, nos ponemos en la piel de la otra persona, teniendo en cuenta sus circunstancias y visión del mundo, quizá entendamos mejor lo que está pasando. Esto será importante para poder examinar lo que nos han dicho, ver si es pertinente o no y poder aprender y mejorar.
Más allá de si el tono o las palabras empleadas han sido o no las más adecuadas, tal vez el mensaje que hemos recibido nos ayude a identificar un área en el que podemos mejorar. Si es así, toma lo que es útil y desecha los aspectos que solo causan conflicto y dolor.
Consejos
Las críticas no significaban un rechazo hacia nosotros si tenemos claro que simplemente son opiniones de los demás. No interpretar las críticas como un fracaso personal, sino como una posibilidad de intentar algo y confiar en nuestra capacidad de mejorar, nos ayuda.
Sin embargo, como podemos ir vislumbrando, las críticas nos duelen más, sobre todo si tenemos alguna herida abierta relacionada con su contenido o si provienen de personas que nos importan y apreciamos. Incluso, pueden ser el desencadenante de una retahíla de pensamientos a partir de los cuales nos restamos valor y descalificamos. Si así es, será bueno trabajar en todo ello a nivel personal y si se requiere con ayuda terapéutica.
Conclusiones
Más allá del modo en que las críticas pueden afectarnos internamente, también es importante atender a la forma en que respondemos ante ellas. En ocasiones nuestro primer instinto es ponernos a la defensiva, negar absolutamente aquello que nos dicen e incluso contraatacar con palabras hirientes. Sin embargo, esto solo nos servirá para generar un conflicto de mayor envergadura. Por lo que es importante aprender a no reaccionar al instante y de forma automática, y darnos un tiempo para reflexionar. Procurar esperar unos segundos antes de responder. Si es posible, retomar la conversación unas horas o unos días más adelante, cuando hayamos podido reflexionar. De este modo seremos capaz de decidir, deliberadamente, como queremos responder y no seremos presa de las emociones.
En definitiva, recibir críticas (incluso de nuestras personas más cercanas) es inevitable. La clave reside en nuestra forma de gestionarlas.