Hoy hablamos sobre los tipos de conflictos, empezando por explicar en qué consiste un conflicto y dando pautas de qué hacer con ello.
¿Qué implica el conflicto?
Podemos entender el conflicto como un desacuerdo entre puntos de vista, opiniones o ideas, con el potencial de dar lugar a peleas y enfrentamientos.
Normalmente se asocia el conflicto con algo desagradable a evitar, pero con frecuencia el problema no es el conflicto en sí mismo, sino la forma de resolverlo (o muchas veces, el no resolverlo). El conflicto es parte natural de la vida, convivimos con personas diferentes a nosotros con visiones diferentes del mundo.
¡Y menos mal que tenemos el conflicto! Conflictuar es una oportunidad para acercarnos al otro, poner límites para cuidarnos, resolver diferencias de opinión y expresar necesidades que quizás hasta el momento del conflicto no sabíamos que teníamos. Pero si no tenemos herramientas suficientes para gestionar los conflictos y afrontar las vicisitudes del día a día, podemos encontrarnos enterrando el conflicto, sometiéndonos a las necesidades del otro, o iniciando una guerra por ver quién tiene razón.
Tarde o temprano, estas respuestas ante el conflicto pueden generar que nuestras relaciones se deterioren, ya que las respuestas hostiles pueden dañar al otro y las respuestas pasivas a nosotros mismos. Por ello, aprender a gestionar bien los conflictos tiene un impacto muy positivo en nuestro día a día.
Se pueden clasificar los conflictos de muchas formas distintas, pero nos vamos a centrar en tres:
Conflictos Intrapersonales – Los Conflictos con Uno Mismo
Se refiere a conflictos internos y tendencias contradictorias en nuestro interior.
Cuando la lucha no está fuera sino dentro de uno mismo puede convertirse en un sufrimiento silencioso, ya que el entorno puede no reconocer ese dolor y reforzar la idea de que “nadie me entiende”.
En el Trastorno Límite de Personalidad, por su estructura y características, estos suelen relacionarse con aspectos psíquicos profundos, donde con frecuencia podemos encontrar la no congruencia mente-emoción, disonancias cognitivas, así como conflictos relacionados con el sentido de la identidad y la autonomía, que es importante que la persona explore en terapia con su psicólogo.
Conflictos Extrapersonales – El Conflicto con el Otro
Son los conflictos que se dan con nuestro entorno: amigos, familia, pareja u otras personas, donde podemos tener visiones diferentes del mundo o del funcionamiento de las cosas, y cuando no se produce un encuentro entre las posiciones de cada uno se presenta el conflicto.
La inestabilidad afectiva y la activación de mecanismos de defensa que protegen el psiquismo en las personas con Trastorno Límite de Personalidad, como la escisión, pueden llevarles a asumir posiciones extremas ante el conflicto. Profundizar en nuestro autoconocimiento y entender al otro, así como contar con estrategias específicas, puede ayudarnos a resolver la situación, ya que la no resolución del conflicto o el uso de estrategias desadaptativas puede dañar el vínculo con el otro y generar sufrimiento en nuestro interior.
Conflictos Organizacionales
Los conflictos organizacionales son aquellos que tienen lugar dentro de una empresa u organización, habitualmente de carácter laboral y entre los miembros de la organización (compañeros, directivos, supervisores, etc) o entre grupos de la misma.
En el caso de las personas con TLP, la impulsividad, el establecimiento de relaciones inestables y la desregulación emocional que son características del trastorno, pueden dificultar el acceso al empleo de las personas con Trastorno Límite de Personalidad y afectar a las relaciones que establece la persona dentro de la organización, pudiendo dar lugar a diferentes conflictos en las relaciones en el ámbito laboral. Asimismo, los estados depresivos y ansiosos que atraviesan en ocasiones las personas con TLP pueden derivar en aislamiento y absentismo laboral (Castro, 2020; Juurlink et al., 2020).
¿Qué podemos hacer con esto?
Aprender a resolver conflictos nos permite construir relaciones sanas con nuestro entorno y con nosotros mismos.
Por ello, es esencial trabajar en terapia psicológica para profundizar en nuestro autoconocimiento y aprender a atendernos a nosotros mismos y al otro, con compasión y apertura, para construir una realidad común en que ambas partes se sientan cómodas, estableciendo los límites necesarios para cuidarnos.
Disponer de habilidades de autocuidado, gestión emocional, comunicación asertiva y estrategias de resolución de conflictos nos permite sentirnos más seguros ante el conflicto y navegar esa escucha mutua hacia el acuerdo.
También es importante apoyar la inserción laboral de las personas con Trastorno Límite de Personalidad y construir desde las organizaciones espacios de trabajo sanos que puedan acoger las necesidades de todos sus miembros, donde las personas con TLP tienen mucho que aportar.
Bibliografía
- Castro, C. (2020) Trastorno límite de personalidad en las organizaciones: empleabilidad, desempeño y absentismo [Trabajo Fin de Máster]. Universidad Oberta de Catalunya.
- Juurlink, T.T., Lamers, F., van Marle, H.J.F. et al. (2020) The role of borderline personality disorder symptoms on absenteeism & work performance in the Netherlands Study of Depression and Anxiety (NESDA). BMC Psychiatry 20, 414 https://doi.org/10.1186/s12888-020-02815-6
