Uso de las emociones como motor

26 Oct, 2022

Hoy hablamos sobre el uso de las emociones como el miedo, la tristeza como motor.

Informaciones significativas para el bienestar 

Las emociones son información íntima, un indicador de qué nos está pasando en este momento. Un toque de atención que se sitúa en el presente y que está referido a lo  que vivimos y sentimos ahora, en este instante concreto. Las emociones son nuestras  reacciones inmediatas en el presente y nos informan de aquello que es significativo para  nuestro bienestar. Evalúan automáticamente las circunstancias que son próximas y las consecuencias de nuestras acciones. 

El miedo nos avisa que algo es peligroso, la tristeza de que hemos perdido algo importante para nosotros. Con la ayuda de nuestras emociones reaccionamos  automáticamente a la comprensión que tenemos de patrones de sonido, visión, olor y  otras señales que nos informan sobre las intenciones de las personas, de una forma que  nos ha sido útil como especie durante siglos, y como individuos durante años. La huida  inducida por el miedo produce seguridad, el asco hace que se expulse una intrusión nociva. Respondemos de forma automática a patrones de señales en el entorno que,  inmediatamente, indican peligro, alivio o pérdida. 

Las emociones son, en suma, una guía de cómo estamos; de orientación relativa a la autoconservación, a la reproducción y a la relación. También nos informan acerca de cómo está el otro. 

Reflexionar y actuar con conciencia 

Al levantarnos por la mañana con alegría e interés nuestras emociones nos  señalan que todo va bien y nos orientan para que empecemos a abordar los proyectos  con entusiasmo. Al darnos cuenta de que todo va bien, procedemos a actuar. En cambio,  si nos despertamos con tristeza o miedo estas emociones nos indican que tenemos un  problema. Estas emociones nos están señalando que algo que estamos realizando en  nuestra vida requiere nuestra atención. Si recibimos un mensaje emocional que nos  indica que hay un problema, tenemos que actuar con conciencia con y reflexionar acerca  de lo que está sucediendo. Crear soluciones a esas circunstancias que han producido  un sentimiento de malestar. 

Cuando recibimos un mensaje emocional indicador de que hay un problema,  tenemos que actuar con conciencia, reflexionar acerca de lo que está ocurriendo, y crear  soluciones a esas circunstancias que han producido el sentimiento de malestar. 

Tenemos que comenzar un proceso de reorganizar nuestro mundo conscientemente.  Las emociones, pues, exponen los problemas para que la razón lo resuelva. 

Una orientación para la acción 

La principal función de toda emoción, en su calidad de información, es  proporcionar orientación para la acción. En el proceso de aprendizaje a lo largo de  nuestras vidas, tendremos que aprender a gestionar las necesidades etapa tras etapa en nuestro desarrollo como individuos. Este es un proceso de gestión que incluye:

  • Reconocer nuestra necesidad
  • Reconocer el mundo al que tenemos que ir para satisfacerla
  • Reconocer los límites en nuestra apropiación del mundo y por lo tanto cierta capacidad de frustración 
  • Cierta capacidad de penetración para coger lo que se necesita

En este proceso la creatividad es especialmente importante ante las dificultades, cuando nos sentimos decepcionados porque un plan no ha funcionado; cuando nos  hemos esforzado y el feedback recibido es negativo; cuando alguien nos impide avanzar  o incluso pretende evitar que progresemos.  

En primer lugar, hemos de aprender a controlar nuestra ira o dolor, no negarlos,  sino aceptarlos y darles un uso, como fuerza motivadora. Entonces es cuando nuestra  creatividad puede venir en nuestra ayuda y permitirnos alcanzar nuestro objetivo a pesar  de los obstáculos. Según Yale Zorana, que investiga sobre la creatividad, «Las  emociones son la chispa que enciende el motor de la creatividad y el combustible que  mantiene el fuego cuando otras personas pretenden apagarlo o escasear la leña». 

Evitar repercusiones negativas 

Lo que nos diferencia a los humanos del resto de los animales es nuestra capacidad para no actuar siempre las emociones. Esto nos va a evitar que dicha  expresión emocional tenga repercusiones negativas para nosotros. El equilibrio lo  alcanzamos cuando somos conscientes de estos cuatro elementos: 

  • Las sensaciones  
  • Las emociones  
  • Los pensamientos 
  • Las acciones

Si juntamos estos cuatro elementos, somos conscientes de ellos y nos ponemos  a trabajar en ellos, la probabilidad de que salgan bien las cosas es mucho mayor. Todo esto es algo que se debe ensayar, practicar y dedicar tiempo. 

Bibliografía

  • Guerrero, R. “Educación emocional y apego”. Planeta, Barcelona. 2018. 
  • Brackett, M. “Permiso para sentir. Educación emocional para mayores y  pequeños con el método Ruler”. Planeta-Diana, Barcelona. 2020. 
  • Antoni, M. y Zentner, J. “Las Cuatro Emociones Básicas”. Herder,  Barcelona. 2014. 
  • Greenberg, L. “Emociones: Una guía interna”. Desclée de Brouwer,  Bilbao. 2000

Acerca del autor

Jorge Domínguez

Jorge Domínguez

Psicólogo en AMAI TLP

Jorge Domínguez es Psicólogo General Sanitario. Licenciado en Psicología clínica por la Universidad Pontificia de Comillas de Madrid. Posee un Máster en Psicooncología por la UCM y un Posgrado en Terapia Gestalt por la Asociación Española de Terapia Gestalt. Es Terapeuta EMDR por la Asociación EMDR España. Y tiene formación en Técnicas proyectivas. Ha desarrollado su trabajo en el ámbito de la intervención psicológica con discapacidad intelectual, cuidados paliativos, orientación y formación en distintos organismos de enfoque psicosocial. Posee más de 19 años en diversos centros privados y públicos de la Comunidad de Madrid.

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