El Trastorno Límite de la Personalidad se reconoce como una de los Trastornos Mentales graves con más incidencia de riesgo de suicidio junto con los Trastornos Depresivos y hoy hablamos sobre ello.
¿Qué es el suicidio?
La palabra suicido proviene del latín sui, de si mismo, y caedare, matar. Designa, utilizando la definición de P.F Desfontaines (1745), “El acto mediante el cual una persona se quita voluntariamente la vida”. Y sigue siendo un aspecto silenciado, velado y anticultural. Debido a su componente vinculado directamente con la muerte, la enfermedad y el sufrimiento. Aspectos igualmente trasladados al ostracismo, en la eterna cultura de la juventud y el bienestar neomoderno. La muerte es un tabú y el suicidio es estigma.
Pese a que es un fenómeno universal, presente en todas las civilizaciones y momentos históricos, su abordaje y comprensión se ha limitado al mundo medico. Donde el componente psiquiátrico del suicida ha sido el aspecto mas enfatizado en su explicación y justificación.
Lo importante a reseñar en este articulo es que nos encontramos ante un grave problema de salud pública en la actualidad. Nuestra Asociación AMAI TLP, está dedicada a la comprensión, diagnostico y tratamientos de pacientes con trastorno límite de personalidad, una de las poblaciones diana vinculadas directamente con los comportamientos autolíticos y suicidas. Por ejemplo, en una revisión referida a ocho estudios, con un total de 1179 pacientes con diagnóstico con TLP, en EEUU, Canada, Noruega y Suiza, realizada por Pompili, Girardi y Ruberto (2005), encontraron una mayor tasa de muerte por suicidio en comparación con la población general. Y esto es una realidad que hacemos frente en la realidad clínica de estos pacientes y sus familiares.
¿Cuándo se relaciona con la Salud Mental?
El suicidio empieza a ser considerado un fenómeno relacionado con la enfermedad mental a mediados del siglo XIX, en la psiquiatría francesa. Hoy, se acepta la presencia de un trastorno mental como uno de los factores de riesgo de suicidio mas importantes. Si bien, la mayoría de los pacientes que padecen enfermedad mental no se suicidan, lo cual indican que la presencia de un trastorno psiquiátrico es una condición necesaria pero insuficiente para explicar la conducta suicida. Y existen otros factores implicados, como los acontecimientos vitales estresantes en la actualidad de la persona, el padecimiento de agresiones infantiles en el contexto de los cuidadores, los intentos de suicidio previo o el uso de servicios médicos.
¿Con qué se relaciona?
Entre los trastornos psiquiátricos vinculados, incluyendo el TLP, asociados al padecimientos de intentos de suicidio y/o suicidio consumado, están los trastornos afectivos, el trastorno depresivo mayor, el trastorno bipolar, el alcoholismo. También otras adicciones, la esquizofrenia, el TDAH, el trastorno de la conducta alimentaria, la ansiedad, los trastornos de pánico, el trastorno de ansiedad generalizada (TAG), el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y el estrés postraumático (TEPT).
Vinculado a la esquizofrenia, al trastorno bipolar, al alcoholismo y sus consecuencias.
Se pueden reseñar factores psicológicos y emocionales directamente vinculados a los comportamientos suicidas, como la desesperanza, en los que incluimos las expectativas negativas y la ausencia de razones para vivir (Dyck, 1991).
Igualmente la soledad y la falta de red de apoyo social ha sido señalada como un factor de propensión a la conducta suicida. Numerosos estudios retrospectivos (Nisbet, 1996;Everall,2006 ;Kaslow,2006) demuestran la relación entre el aislamiento social y la soledad forzada con los comportamientos suicidas.
Aspectos como los rasgos de personalidad, la capacidad de resolución de problemas, la capacidad de resolución de problemas en la vida social, el autocontrol o la capacidad de afrontamiento. Especialmente en población adolescente, como factores relevantes en la comprensión de la conducta suicida.
La prevención de la conducta suicida se realiza a nivel primario, en la población en general, secundario, entre los grupos de riesgo suicida y terciario, en las personas que ya han presentado alguno de estos comportamientos. AMAI TLP, desarrolla su actividad en los tres niveles dimensionales de trabajo.
Nivel primario
A nivel primario, se realizan programas de atención para médicos y familiares, publico en general, publico en general, como medios de comunicación
Colaboración con los medios de comunicación para la divulgación de las características de la patología del paciente límite. Así como, las pautas a seguir en los casos de autolesión y suicidio propias de estos pacientes. Igualmente la Asociación ha desarrollado una serie de guías para pacientes y familiares en la detección y gestión de situaciones de crisis y comportamientos autolíticos.
Nivel secundario
La prevención secundaria se realiza sobre grupos de personas, que sin que tengan que estar presentes síntomas, poseen riesgo de desarrollar la enfermedad. Así, la Asociación tiene un proyecto afianzado de detección precoz en el aula donde se forma a los decentes y los gabinetes psicoeducativos de colegios e institutos para la detección y manejo de estos comportamientos en sus alumnos. Así como, el desarrollo de colaboraciones de intervenciones comunitarias en jóvenes para detectar los grupos de riesgo suicida y adolescentes con rasgos potenciales de desarrollar un trastorno grave de personalidad.
Igualmente, la Asociación AMAI TLP, dedica una atención particular con los familiares y sus necesidades concretas, con una escuela de familias mensual, un espacio psicoeducativo para los familiares y terapia de familia grupal e individual según las necesidades detectadas por los profesionales.
Nivel terciario
La prevención terciaria se entiende como todas aquellas acciones que se realizan a nivel individual para minimizar el efecto de la enfermedad ya manifiesta y recuperar el nivel previo de salud. En ello, lo prioritario es la terapia farmacológica y la psicoterapia especializada, realizada por los psiquiatras y psicólogos especialistas en el trastorno límite de la personalidad que colaboran activamente en la Asociación.
Lo importante en este aspecto es tener la capacidad de detectar y evaluar los comportamientos suicidas. Para ello, se utilizan las herramientas de evaluación al alcance del terapeuta, para detectar el posible riesgo suicida. Así, la entrevista psicoterapéutica y las escalas de evaluación ayudan a configurar este marco de peligro y desde ahí se activa la coordinación con los distintos recursos hospitalarios para gestión la situación concreta.
¿Cómo abordarlo?
La propuesta de abordaje de los comportamientos autodestructivos o suicidas siguen las pautas propuestas por la OMS, en el Programa SUPRE (Suicidal Prevention) orientados a identificar, evaluar y eliminar en las primeras etapas, en la medida de lo posible, los factores que pueden dar lugar a la conducta suicida. Además de prestar apoyo psicológico y seguimiento directo a aquellas personas con trastorno límite de personalidad que presentan pensamientos o experiencias de intento de suicidio, a sus familiares y allegados, así como a las personas que consumaron el suicidio.
Hay que entender el suicidio como un mecanismo psíquico personal que aparece como mecanismo mas o menos intencional o automático, en un determinado suceso o situación de amenaza. Donde la persona no encuentra o fallan recursos personales para su abordaje, no hay apoyo externo disponible y solvente o por la propia naturaleza catastrófica del suceso y la persona se encuentra desbordada por la situación que vive. No encuentra salida ni nada o nadie a quien pueda recurrir. Este estado de desesperación y desesperanza supera cualquier atisbo de ayuda o sensación real de afrontamiento.
Así es importante detectar la ideación, las características particulares de estos comportamientos en la población adolescente y la intervención concreta de familiares y médicos en plena crisis suicida.
Detección precoz, elaboración de las situaciones, apoyo psicosocial y soporte familiar y seguimiento pormenorizado (en este caso en la vinculación con el terapeuta y con un seguimiento mas detallada de la evolución del paciente en el momento y días posteriores) se convierten en centrales en estos pacientes.
Y aunque el suicidio es la primera causa de muerte violenta en España, aún hay todo un silencio en torno a él. Pese a los mas de 3500 muertes al año, apenas hay campañas de concienciación o prevención. El suicidio no solo es prevenible, ya que son los pacientes con enfermedad mental o que sufren una crisis vital los mas vulnerables y sobre los que debe centrarse todas las campañas y abordaje preventivos.
¿Qué relación tienen los familiares?
Los familiares deben ser objeto diana directo de estas intervenciones preventivas. Ya que se estima que hay de 6 a 10 personas allegadas afectas directamente en su suicidio. La elaboración de la perdida de un ser querido: hijo o hija, padre, madre o hermano/a, requiere de un acompañamiento y una orientación psicopedagógica. Y en casos psiquiátrica, para abordar y elaborar ese dolor inconmensurable, así como de convivir con la mirada inquisitiva, ignorante y de la incomprensión de los demás.
Conclusión
Como experiencia vital devastadora, es un compromiso declarado de la Asociación AMAI TLP, mejorar las condiciones de vida de las personas con trastorno límite de personalidad y sus familiares. Que se ven aquejadas de circunstancias y dificultades propias de una enfermedad cruda, que a veces ofrece una cara tan dura como la presentada en la autodestructividad o el suicido. El buen hacer, el compromiso y la determinación en la prevención, la concienciación de los distintos agentes implicados. Y sobre todo, el trabajo de batalla con los pacientes y los familiares, es desde donde la Asociación AMAI-TLP, ofrece su respuesta a este fenómeno tan grave que asedia el panorama social y clínico actual.
Bibliografía
- Anseán, A. Suicidios. Manual de prevención, intervención y postvención de la conducta suicida. 2ª Edición Revisada. 2014
- Everall RD, Altrows, KJ, Paulson, BL. Creating a future: a study of resilience in suicidal female adolescents. Journal of Counceling & Development. 2006; 84(4):461-471
- Nisbel, PA. Protective factors for suicidal black females. Suicidal Life Threat Behav. 1996; 26(4):325-341
- Pompili, M; Girardi, P; Tatarelli, G; Ruberto,A. Suicide in borderline personality disorders: a metanalysis. Nordic Journal of Psiquiatry. 2005ª:59(5):319-324
- Kaslow , NJ, Sherry A, Bethea, K. Social Risk and protective factors for suicide attempts in low income African-American men and women. Suicide Life Threat Behav. 2005: 35(4):400-412