La investigación longitudinal es un estudio observacional que recoge datos cualitativos y cuantitativos y se encarga de emplear medidas continuas o repetidas para dar seguimiento a individuos particulares durante un período prolongado de tiempo, a menudo años o décadas.
Contexto
En la década previa a los años 80 se creía de manera generalizada que los pacientes con Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) difícilmente se podrían recuperar de su diagnóstico clínico. Durante décadas reinó un pesimismo terapéutico respecto al pronóstico. Sin embargo, dichas opiniones no estaban basadas en estudios longitudinales. En los últimos 30 años ya se han obtenido los resultados de varios estudios longitudinales, los cuales revelan que los Trastornos de Personalidad (TP) en general son mucho más maleables e inestables de lo que se suponía. Cuando se estudia el TLP específicamente, a lo largo de 10 años, se ha encontrado que más de la mitad han mantenido una recuperación sostenida. Sin embargo, se vió que hay rasgos de personalidad más resistentes al cambio que otros.
Aunque ahora predomina la idea de que los rasgos de personalidad muestran plasticidad y cambio, tradicionalmente se pensó que el pronóstico para los Trastornos de Personalidad (TP) era mucho más sombrío y reservado. La lógica detrás de este razonamiento es que los TP, más que síntomas, son patrones cíclicos interpersonales desadaptativos y percepciones frágiles y distorsionadas.
Hay diversos estudios longitudinales sobre el diagnóstico de TLP, en los que se habla principalmente de los tratamientos y sus resultados y de la evolución y curso de la enfermedad.
¿Qué nos dicen los estudios longitudinales más recientes?
En el estudio de Gunderson et al. (2011) se encontró que el 85% de los 175 pacientes con TLP remitieron. Muy pocos pacientes con TLP recayeron tras la mejoría y en comparación con otros TP, los pacientes con TLP mejoraron más lento en los 10 años que duró el estudio.
Zanarini et al. (2006) obtuvieron resultados similares. El 88% de los 290 pacientes del estudio lograron una remisión total del trastorno.
Por otro lado, un estudio de 6 años de duración muestra que la reducción de la sintomatología es común dentro de los pacientes con TLP que se encuentran bajo tratamiento. Estos resultados reflejan que para la mayoría, pero no todos, existe una prognosis mejor a lo que se pensaba hace unos años (Zanarini et al., 2003).
Otros estudios que podemos encontrar sobre ello son:
Un artículo sobre un programa de tratamiento especializado en TLP en un hospital de día de Barcelona durante los años 2008 a 2011 (Verdaguer et al., 2017). El objetivo del estudio fue evaluar la situación de los pacientes transcurridos cinco años desde el final del tratamiento. Durante los últimos seis meses: el 68,6 % prefirió no haber acudido a urgencias, el 80 % no requirió hospitalización, el 71,4 % no presentó autolesiones, y el 85,7 % no realizó tentativas de suicidio. La comorbilidad en el TLP es frecuente, hallándose hasta en el 85 % de los casos, especialmente con los trastornos afectivos, del control de los impulsos, de ansiedad y el abuso de sustancias. Es por ello que se compararon las comorbilidades con algunos de los trastornos mencionados.
La comparación de las comorbilidades entre el final del tratamiento y el seguimiento a los cinco años mostró diferencias significativas: se encontró mayor presencia de comorbilidad en trastornos por abuso de sustancias al finalizar el tratamiento. Sin embargo, en el seguimiento a los cinco años, los pacientes presentaron mayor comorbilidad en trastornos de ansiedad, pero por el contrario, menor en trastornos por abuso de sustancias. Finalmente, se comparó la gravedad de los síntomas del TLP entre el seguimiento a los 5 años con el inicio del tratamiento. Los resultados mostraron que los pacientes presentaban una menor gravedad sintomatológica en el seguimiento a los cinco años comparado con el inicio en todas las áreas del TLP.
¿Hay más estudios al respecto?
El estudio de Gunderson et al. (2003) también encontró que tras los dos años de seguimiento después del tratamiento, al menos el 14.4% habían experimentado una remisión en su sintomatología, lo que favorecía la reducción del número de criterios para el diagnóstico de TLP.
Conclusiones
Con esto se concluye, que hay diferencias significativas en cuanto al pronóstico de la enfermedad desde hace unos años a la actualidad y se sabe gracias a la implementación de estudios longitudinales. Mientras que antes se veía la enfermedad con un aura negativista ahora hay esperanzas en ella.
Bibliografía
- Gunderson, J. G., Bender, D. S., Sanislow, C. A., Yen, S., Rettew, J. B., DolanSewell, R., …Skodol, A. E. (2003). Plausibility and possible determinants of sudden “remissions” in borderline patients. Psychiatry, 66, 111-119.
- Gunderson, J. G., Stout, R. L., McGlashan, T. H., Shea, M. T., Morey, L. C., Gilo, C. M., …Skodol, A. E. (2011). Ten year course of borderline personality disorder: Psychopathology and function from the Collaborative Longitudinal Personality Disorders Study. Archives of General Psychiatry, 68, 827-837
- Martínez-Taboas, A. y Cordero-Soto, M.M. (2015). Estudios longitudinales sobre el trastorno de personalidad limítrofe:¿qué nos están señalando?. Revista Puertorriqueña de Psicología, 26 (1), 56 – 70.
- Verdaguer, E., Castillo J.A., y Plaza, A. (2017). Efectividad del tratamiento y seguimiento longitudinal de pacientes con TLP tratados en Hospital de Día. Psicopatología y salud mental del niño y del adolescente, (30), 17-28.
- Zanarini, M. C., Frankenburg, F. R., Hennen, J., Reich, D. B., y Silk, K. R. (2006). Prediction of the 10-year course of borderline personality disorder. American Journal of Psychiatry, 163, 827-832
- Zanarini, M. C., Frankenburg, F. R., Hennen, J., y Silk, K. R. (2003). The longitudinal course of borderline psychopathology: 6-year prospective follow-up of the phenomenology of borderline personality disorder. American Journal of Psychiatry, 160, 274-283.