Por: Carlos Matías (Publicado en Psicología Positiva)
Pronto tendrá lugar en Sofía (Bulgaria) una cumbre de organizaciones europeas de familiares de personas aquejadas de un trastorno mental. En España, uno de cada cinco habitantes en edad de trabajar (20%, según la OCDE, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) sufre alguna dolencia de esta tipología, mientras que diversas asociaciones de los propios pacientes han pedido el pasado 27 de agosto en Madrid que 2016 sea el Año de la Salud Mental. Quieren concienciar a la población sobre la falta de apoyo oficial, hacer visible su enfermedad y, con ello, librarse del estigma que sufren y que, en su opinión, no es únicamente “social”, sino también “administrativo”.Por desgracia, quienes sufren alguna dolencia de tipo mental se sienten desatendidos por los poderes públicos, incomprendidos –y, a veces, abandonados– por sus familiares y allegados ydesprotegidos por la sociedad en general. Su sensación de soledad es, a veces, aplastante. De ahí que hayan iniciado la campaña “No estás solo”, con intención de promover dicho Año de la Salud Mental.
En 2014, el director del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam),Celso Arango, lamentó que España invirtiera en salud mental el 5% del gasto sanitario (la mitad que el promedio europeo), cuando el coste ha sido cifrado en casi 800.000 millones por los expertos reunidos en el VI Congreso de Ansiedad y Trastornos Comórbidos que se celebró el año asado en Barcelona (ver el diario EL MUNDO del 7 de febrero de 2014).
La clave es prevenir
Sea sufragado por los poderes públicos o soportado por los bolsillos particulares de los ciudadanos, lo cierto es que el gasto que debemos hacer los españoles por trastorno mental es muy elevado. De ahí la importancia de la prevención. No olvidemos que al gasto individual o de las administraciones públicas del Estado hay que sumarle el importantísimo coste en bajas laborales que supone para las empresas de nuestro país, las jornadas de trabajo perdidas por tal motivo y la pérdida en productividad, generación de volumen de negocio y de riqueza para la nación entera que todo ello conlleva.
Se trata, pues, de un grave problema social, pero también para la economía nacional. Es un problema de todos en el que todos estamos concernidos.
Ante esta situación, los psicólogos deben contribuir a reducir el importante gasto derivado de las dolencias mentales con estrategias que fomenten la prevención del malestar psicológico.
Encuadrado en esta responsabilidad profesional, el Instituto Europeo de Psicología Positiva (iepp.es) ha sido fundado para difundir la Psicología Positiva en toda Europa y en América Latina. La PsiPos (acrónimo de Psicología Positiva) es una joven rama de la Psicología General, creada por el director del Departamento de Psicología de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos), Martin Seligman, y cuyo alto grado de preparación profesional exigida para poder ejercer como experto ha dificultado, en cierta manera, la expansión de la especialidad por el Viejo Continente y por Latinoamérica.
La Psicología Positiva se distingue por haber desarrollado técnicas dirigidas específicamente a la prevención, fortaleciendo la salud psicológica. En el ejercicio cualificado de esta disciplina, el Instituto Europeo de Psicología Positiva (IEPP) destaca como pionero en Europa y el continente americano por la aplicación de estas técnicas y por el aprovechamiento de las nuevas tecnologías en sus investigaciones, lo que le ha proporcionado un elevado prestigio internacional en poco tiempo y poder participar de forma destacada en el Congreso Mundial de Psicología Positiva, celebrado en Orlando (Florida, EE. UU.) antes del verano.
Los trabajos de investigación del IEPP están avalados científicamente. Ha desarrollado planes, programas de terapia y actividades formativas reconocidas por importantes instituciones, entre ellas el Colegio Oficial de Psicólogos. Ha logrado que tales programas y actividades alcancen un alto grado de eficacia en un corto espacio de tiempo, lo que supone un importante ahorro en todos los sentidos.