Estados mentales y Trastorno Límite de la Personalidad

28 May, 2024

Hoy hablamos en este nuevo artículo sobre los estados mentales y su relación con un diagnóstico de Trastorno Límite de la Personalidad

Contexto

Es posible que hayamos oído o hayamos dicho expresiones del tipo “hoy estoy acelerado” o “estoy en modo protector”. En cierto modo estas y otras expresiones similares pueden ser habituales en la vida diaria. Incluso es posible que tras ellas queremos dar a entender que “en este momento” nos sentimos internamente de un modo distinto al que podamos sentir en otros momentos. Como si quisiéramos indicar a los demás que nuestra vivencia personal, subjetiva, tuviera un contenido interno específico y definido, diferente al de otros momentos, al de otras circunstancias. 

Al expresarnos así parece que queremos indicar a los demás que nuestro estado vital en ese momento abarca algo más que una emocionalidad concreta. “Estamos” de un modo distinto a nivel emocional, desde luego, pero también a nivel cognitivo y conductual. Así, cuando digo “estoy acelerado” es como si dijera que estoy hiperactivado, lleno de energía, o con una carga de estrés fuera de lo normal, y que cuanto ocurre sólo lo puedo percibir desde ese estado. O cuando digo “estoy en modo protector” es como si tratara de comunicar que me siento capaz y centrado en el cuidado de alguien o algo, y que esa sensación interna de cuidado se convierte en principal y definitoria. 

 

¿Qué es un estado mental?

Estos ejemplos anteriores nos pueden ayudar a comprender que son los Estados Mentales y su importancia en el TLP. 

Podemos decir, por tanto, que el Estado Mental es un estado psicológico y emocional en el que se encuentra una persona en un momento dado. Y ese “estado mental” incluye aspectos tales como el estado de ánimo, los pensamientos, las emociones, la percepción de la realidad y del yo-mismo, así como la forma en que se interpreta el entorno y las interacciones con los demás (Ryle).

El estado mental concreto está influenciado por una variedad de factores. No es aleatorio ni caprichoso, ni surge de modo irracional. Está directamente relacionado con las experiencias personales, las creencias subyacentes, los patrones de pensamiento y las propias relaciones interpersonales que se hayan tenido a lo largo de la propia vida. 

Esto es así, dada la fuerte relación que se establece entre los pensamientos, los sentimientos y el comportamiento. En cierto modo, las corrientes cognitivas de Ellis y Beck mostraron esta interrelación mutua entre estos tres factores,  conocidos con el ya clásico ABC (Young & Tourner). 

Pero la clave del estado mental radica..

Sin embargo, la clave del estado mental radica en la existencia de ciertos patrones subyacentes que pueden estar contribuyendo a esas dificultades emocionales o interpersonales que vive la persona. Es como si dijéramos, que esos patrones o procedimientos aprendidos se “fijan” en determinados estados mentales. Hay un estado mental concreto, porque hay patrones aprendidos, fijados, que flotan por debajo del estado mental explicándolo y constituyéndolo. 

No es sólo que las emociones, la cognición y la conducta se interrelacionen mutuamente, afectándose unas a otras, sino que debajo de un estado mental concreto aparecen ciertos esquemas de pensamiento, emoción y conducta, así como modelos relacionales subyacentes que pueden haber contribuido a su desarrollo y “fijación” (Mirapeix). 

Existen variaciones

Los estados mentales no son por tanto únicos, sino que varían en número e intensidad dependiendo de las particulares experiencias de cada persona. Y cada estado mental se diferencia de otros por los concretos patrones o procedimientos que activa, pudiendo resultar más o menos disfuncionales. Por ello, un estado mental será problemático en la medida que esos «procedimientos» o patrones subyacentes (emocionales, cognitivos, relacionales o comportamentales) contribuyan a mantener los problemas de la persona.

 

¿Qué relación tienen con una persona diagnosticada de Trastorno Límite de la Personalidad?

En el caso del TLP, los estados mentales pueden ser especialmente volátiles e intensos, con fluctuaciones rápidas entre diferentes emociones y percepciones. Lo que tiene lógica en cuanto que el TLP es un trastorno que implica dificultades en la regulación emocional, inestabilidad en las relaciones interpersonales y una identidad poco clara o fluctuante (DSM 5). 

Desde el constructo del estado mental es posible, entonces, prestar atención a los «procedimientos» o patrones de pensamiento, sentimiento y comportamiento que mantienen los problemas del paciente, así como también a identificar los modelos relacionales subyacentes que pueden haber contribuido a su desarrollo, posibilitando un trabajo terapéutico en el que el paciente, junto con el terapeuta, puedan explorar y comprender sus estados mentales, promoviendo así un mayor autoconocimiento y habilidades para afrontar las dificultades emocionales e interpersonales asociadas con el trastorno.

 

Bibliografía

  • American Psychiatric Association. (2014). DSM-5: Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales.
  • Mirapeix, C. (1994). Psicoterapia cognitivo analítica: un paradigma de integración en psicoterapia. Antecedentes, justificación epistemológica, aspectos teóricos y técnicos. Revista de psicoterapia, 5(20), 5-43.
  • Ryle, A., & Kerr, I. B. (2020). Introducing cognitive analytic therapy: Principles and practice of a relational approach to mental health. John Wiley & Sons.
  • Young, P., & Turner, M. J. (2023). To (i)B or not to i(B), that is the question: on the differences between Ellis’ REBT and Beck’s CT. The Cognitive Behaviour Therapist, 16, e16. doi:10.1017/S1754470X23000090

Acerca del autor

César Fernández-Uribarri

César Fernández-Uribarri

Psicólogo en AMAI TLP

Psicólogo sanitario experto en terapia integradora, trauma y apego. Especialista en EMDR y con formación y una dilatada experiencia en problemática Familiar y de Pareja ámbito en el que ha dedicado más de 20 años.

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