Esta soy yo y mi ansiedad
Me gusta decir, que mi ansiedad, junto con el resto de inseguridades van en una mochila que cargo siempre.
Hay veces que a mochila pesa más, y todo se hace mucho más difícil.
Porque hasta las cosas más simples, como podría ser una ducha, ir a clase o incluso comer, se hacen un mundo.
La cama parece buen refugio, pero solo le da tiempo a hacerse más y más grande.
Si la ignoro se va haciendo cada vez más grande.
Mucho más grande, tomando incluso demasiado poder.
Muchas veces, la ansiedad viene dada de la mano con la depresión. El miedo me hizo tardar en entender que pedir ayuda a un profesional no era algo malo.
Cuando la mochila pesa demasiado como para dejarme avanzar, las personas que quiero están ahí para ayudarme.
Para mi, fue importante abrirme a mis emociones y mis sentimientos, sentir no es algo malo.
Saber que de las heridas, podía crecer algo bueno.
No estaba todo perdido, había salido del pozo.
En cierta parte, mi perro me ayudó a cuidarme cuando la gente no quiso entender lo que me estaba pasando.
Empecé a buscar cosas que hacer para sentirme mejor e ir recuperando la ilusión.
Había que respetar la tristeza, pero sin dejarse llevar. Para así, no acabar explotando.
Y por fin, decidí reconciliarme conmigo misma y aceptar mis diferencias y limitaciones.
Claudia Rodrigo García – Paciente de AMAITLP