El deporte, como bien sabemos, tiene tremendos beneficios para las personas, pero no es una herramienta muy reconocida en los procedimientos terapéuticos.
Por ello, en este artículo, se hablará de los aspectos positivos de introducir un hábito de actividad física en la rutina de las personas que padecen una enfermedad mental y que, a su vez contribuyen al progreso terapéutico.
“Mens sana in corpore sano”, esta frase extraída de un poema del autor romano Décimo Junio Juvenal, escrito entre los siglos I y II d.C. resume la importancia de tener un balance adecuado, tanto en el cuidado de nuestra salud física, como mental.
Esta expresión abre la puerta a entender, que para nuestro autocuidado no debemos olvidar ningún aspecto, ya que el funcionamiento de nuestro cuerpo afecta directamente al desarrollo de nuestro bienestar psicológico, emocional y viceversa. Por esto, es bueno conocer como el deporte influye en nuestra salud, no solo física sino también mental.
El primer punto en el quiero incidir es por qué hablo de “herramienta terapéutica” y no de tratamiento, aspecto que considero importante diferenciar.
Al hablar de herramienta, resalto que es un concepto que complementa a la terapia, pero no es para nada un tratamiento integral de un síntoma o patología, es decir, este solo tendrá efecto, cuando se sustente conjuntamente con un tratamiento terapéutico y/o farmacológico adecuado para la persona y su problemática.
Una vez aclarado que es una herramienta complementaria al tratamiento, vamos a describir algunos de los beneficios psicológicos de esta práctica:
El estrés y la ansiedad son dos de los síntomas más frecuentes en la psicopatología de nuestra sociedad actual, el encontrarse en una buena condición física general, es un factor que disminuye la probabilidad de sufrir este tipo de síntomas, no es una garantía, pero si un factor protector que os ánimo a que probéis.
Otro aspecto muy frecuente en la patología TLP, es la indefensión, ese estado en el que nos sentimos sin la ayuda o protección necesaria en determinadas situaciones. Para poder progresar en este punto, los terapeutas apelamos al fomento y desarrollo de la resiliencia, capacidad que se cataliza mucho en las actividades deportivas, ya que se desarrolla la capacidad de sobreponerse a las adversidades. Por tanto, el trabajo en estas capacitaciones ayudaría a reducir la sensación de indefensión.
La actividad deportiva fomenta y desarrolla las habilidades sociales, siendo esta una medida que ayudaría a combatir el aislamiento social que sufren muchos pacientes con patología psiquiátrica.
Además, mejora las aptitudes de comunicación interpersonal e intrapersonal, dando como fruto un aumento del conocimiento de sí mismo y de sus capacidades.
Los hábitos sedentarios son aspectos a evitar en el cuidado de nuestra salud, siendo este un comportamiento muy común dentro de las enfermedades mentales.
La construcción de una rutina deportiva ayudaría a reducir el sedentarismo, promoviendo la estimulación sensorial, la capacidad de planificación y el desarrollo de la destreza psicomotora. Además, ayuda a que las personas puedan marcarse retos y objetivos personales, que con su consecución mejoraría la capacidad de autoeficacia personal.
Es importante mencionar que los deportes colectivos fomentan, las habilidades comunicativas y las relaciones interpersonales, mientras que el ejercicio individual potencia mucho más, la comunicación intrapersonal, la independencia, la planificación y la superación personal.
Por último, resaltar la importancia de adecuar los objetivos y el tipo de actividad física que se va a poner en marcha, a la edad, condiciones físicas y necesidades de cada persona.
Es relevante tener esto en cuenta, para no generar frustración, ya que las metas que nos marquemos deben promover el éxito y la superación personal, para que de este modo podamos beneficiarnos de todas sus consecuencias positivas.
Por otro lado, esta rutina debe tener el fin de ser sostenible en el tiempo, para que así se convierta en un factor de protección de la salud mental de los individuos.
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