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¿Conoces la gestión emocional? Para aprender a gestionar las emociones que nos invaden, primero debemos saber qué son, de dónde vienen e identificarlas.

¿Qué es una emoción?

Podríamos decir que una emoción contiene información íntima, señales sobre lo que me está pasando en este momento; llama mi atención y me sitúa en el momento presente haciendo referencia a lo que estoy viviendo y sintiendo en este preciso instante.
La emoción sucede ahora, aquí, en el cuerpo. Es un aviso primario con importantes funciones de conservación y socialización de las personas. Esta información la recibimos internamente, desde nosotros mismos.
Todas las emociones, el miedo, la rabia, la alegría y la tristeza contienen energía de diferente calidad; son reconocibles en el cuerpo con funciones específicas. Este aspecto energético tiene mucha importancia desde la perspectiva psicoterapéutica.

Gestionar la interacción

Así como en nuestro desarrollo individual tenemos que aprender a gestionar la necesidad de nutrirnos, también tendremos que aprender a gestionar nuestra necesidad de establecer contacto con el otro. Habremos de reconocer esa necesidad en nosotros mismos, en nuestro mundo interno. Después, tendremos que ver cómo la gestionamos externamente, en la interacción.
Estas dinámicas, interna y externa, representan la base del desarrollo psíquico de una persona. Reconocer las dinámicas interna y externa de lo que “yo siento” (cómo lo siento; qué me digo ante lo que siento; y qué hago, qué acción emprendo o dejo de emprender, a partir de eso) implica una ampliación de la conciencia.
Las emociones siempre están relacionadas con algo o con alguien, ya sea algo interno o externo y que nos dan la dimensión sistémica, que en los últimos cincuenta años se ha incorporado a la visión del psiquismo.

Las emociones y sus niveles

  • Nivel corporal: lo reconocemos al preguntarnos: “¿Qué sensaciones físicas tengo en este momento?”. Puesto que la emoción se manifiesta siempre en alguna parte de nuestro cuerpo, da inevitablemente lugar a cierto tipo de respiración y a una determinada movilización energética. Así, podemos encontrar sensaciones de tensión, de distensión… contracción, expansión…
  • Nivel emocional: lo reconocemos al preguntarnos: “¿Qué emoción me produce sentir estas sensaciones? ¿Cuáles son las dos emociones (siempre como veremos se presentan a pares) que estoy sintiendo al sentir lo que siento? ¿Cómo inciden sobre mi ánimo en este momento?
    ¿A qué me llevan esas dos emociones?”. Por ejemplo, si ante un hecho siento miedo y ternura… ¿Qué es lo que me da miedo y qué es lo que me produce ternura?
  • Nivel cognitivo: lo reconocemos al preguntarnos: “¿Qué me digo al sentir lo que siento? ¿Cómo traduzco en palabras, en conceptos lo que me está pasando?”. En este plano de lo cognitivo, podemos preguntarnos también: “¿A qué hecho biográfico me está remitiendo esto que siento ahora? ¿A qué momento de mi vida me recuerda?, ¿cuándo he vivido yo antes esto mismo?”. Y, por último, cabe preguntarse: “¿Qué impulso me produce esto que siento? ¿Qué acción me provoca? ¿Qué acción me provoca evitar?”. Porque esa lectura de la emoción habrá de llevarnos hacia un movimiento: de acción o no acción.

La vivencia consciente de esos tres niveles permite reconocer que hay una interioridad y una exterioridad: que siento algo en mí, y que fruto de ello voy a emprender, o no, una acción en el mundo, con los demás.

 

Una práctica para trabajar con las emociones desagradables e intensas

Estar con el malestar: Postura de dignidad, estabilidad, apertura. Notar las sensaciones de la respiración durante 10 minutos. Si sentimos alguna molestia en el cuerpo, dejar la respiración en la retaguardia y acercarnos a la sensación, notando la textura, cómo cambia y se mueve momento a momento. Permaneciendo con la sensación de malestar lo más que puedas, si es muy fuerte o te sobrepasa, puedes moverte, o rascarte o hacer lo que sea para cambiarla… reorientar la atención a la respiración.
Las sensaciones corporales no son sólidas ni estáticas, se mueven y se transforman. Así, poco a poco, vamos aprendiendo a estar con las emociones difíciles.

Bibliografía de “Consejos para aprender a entender nuestras emociones”

  • Antoni, M. y Zentner, J. “Las Cuatro Emociones Básicas”. Herder, Barcelona. 2014.
  • Mirapeix, C. Vázquez, J. Gómez, A. Artal, J. “Abordaje integrador del trastorno límite de la personalidad”. Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla y CIBERSAM. Gobierno de Cantabria. 2017.
Jorge Domínguez

Jorge Domínguez es Psicólogo General Sanitario. Licenciado en Psicología clínica por la Universidad Pontificia de Comillas de Madrid. Posee un Máster en Psicooncología por la UCM y un Posgrado en Terapia Gestalt por la Asociación Española de Terapia Gestalt. Es Terapeuta EMDR por la Asociación EMDR España. Y tiene formación en Técnicas proyectivas. Ha desarrollado su trabajo en el ámbito de la intervención psicológica con discapacidad intelectual, cuidados paliativos, orientación y formación en distintos organismos de enfoque psicosocial. Posee más de 19 años en diversos centros privados y públicos de la Comunidad de Madrid.