El pasado mes de Junio, tuve la fortuna de acudir a una semana de convivencia en San Lorenzo de El Escorial junto a compañeros de AMAI-TLP, así como del Hospital de Día del Hospital Clínico de San Carlos de Madrid.
La experiencia fue enriquecedora; pude compartir experiencias con las voluntarias que nos atendieron en todo momento, experiencias con mis compañeros y un sinfín de conversaciones con todos que, en definitiva, me hicieron crecer más como persona.
La actividad psicológica fue completada con la actividad física/cultural. Acudir a la silla de Felipe II, al Monasterio, el concurso en el albergue y similares hizo que nos compenetrásemos más y mejor, ganando en confianza todos los asistentes, lo cual redundó en un excelente clima.
Por último, resta señalar que valoro muy positivamente la experiencia, con deseos de volver a repetirla y animando a mis compañeros para que se apunten en este nuevo año.