Cualquier trastorno de personalidad tiene una alta prevalencia de coexistir con otros trastornos, no siendo mayor en este caso la posibilidad de convivir con un trastorno Bipolar.
Cuando hablamos de una comorbilidad entre ambos, la primera diferencia reseñable es que estamos hablando de un trastorno de la personalidad junto con un trastorno del estado de ánimo.
¿Qué dicen los estudios?
Hay estudios que tratan el trastorno límite de la personalidad (TLP) como una expansión del espectro de bipolaridad. Aunque a día de hoy, la escasa investigación acerca de TLP aporta datos de diferenciación neurobiológica en cuanto a estas patologías. Así por ejemplo, se ha demostrado que ambos trastornos presentan menor tamaño de la corteza prefrontal, en cambio en el trastorno bipolar se da un aumento del tamaño de la amígdala y el hipocampo, mientras que sufren una disminución en el caso de pacientes diagnosticados con TLP.
¿Porqué se confunden ambos Trastornos?
Es posible que la confusión de ambos trastornos venga dada de la clasificación nosológica de los criterios del DSM teniendo en cuenta la sintomatología de la persona. Ésta diferenciación quedaría resuelta desde una perspectiva psicoanalítica donde se plantea al limítrofe entre la psicosis y la neurosis. De esta manera, queda planteada la diferencia de no ser una problemática del desarrollo madurativo en el caso de la bipolaridad. Esta diferencia da lugar a una gran diferencia en la evolución de ambos trastornos.
¿Qué diferencias existen entre ambos diagnósticos?
En adolescentes se da una alta prevalencia del diagnóstico de ambos trastornos, siendo menor hacia la edad adulta donde se comparte más el diagnóstico de TLP con depresión unipolar.
El comienzo de un diagnóstico TLP en la adolescencia es de manera progresiva mientras que la bipolaridad acontece más repentina. En el caso de la bipolaridad el hecho de comenzar en la adolescencia aumenta la posibilidad de desarrollar en la vida adulta un trastorno de la personalidad, siendo el de mayor prevalencia el trastorno límite de personalidad.
En caso de desarrollar bipolaridad en la adultez disminuye la probabilidad del desarrollo de trastorno límite de personalidad, no siendo igual con otros trastornos de personalidad.
Sintomatología a tener en cuenta diferenciadora de ambos trastornos sería entre otras la variabilidad del ánimo que, en el caso del TLP suele ser de poco tiempo (horas) y normalmente causado por un agente estresor. En el caso de la bipolaridad no tiene por qué corresponder con ningún disparador y puede darse en periodos de tiempo más largos (días, meses) correspondiendo en este caso con una mayor impulsividad solo en la fase maníaca y mostrándose de continuado afectando a todas las áreas de la vida de la persona que padece TLP.
Otra diferenciación significativa es el patrón que mantienen a la hora de vincular socialmente ya que, el trastorno límite forja relaciones fusionándose con el otro, mientras que la bipolaridad trata de diferenciarse, esto lleva a una distinción entre la sensación de vacío total que define el paciente con TLP ante la pérdida de relaciones y la sensación de soledad de la que habla el afectado por su estado de ánimo.
Conclusiones
A modo conclusión y recogiendo lo expuesto, estamos ante dos patologías diferentes dada la variabilidad del estado de ánimo, los antecedentes clínicos, así como el modo de vincular y todo ello se propone como indicadores diferenciales de ambos trastornos.
