Skip to main content

No sería de extrañar confundir el trastorno de la personalidad antisocial (TAP) con el trastorno límite de la personalidad (TLP) ya que ambos son trastornos de la personalidad que se encuentran dentro del mismo grupo de trastornos de la personalidad, es decir, se encuentran en el grupo B.

De esta manera, se puede observar que ambos trastornos comparten algunas características puesto que se encuentran dentro del mismo grupo de trastornos. No obstante, ambos trastornos son muy diferentes entre sí y aunque lleven a cabo conductas similares la finalidad de estas son completamente diferentes.

¿Por qué se caracteriza el Trastorno de la Personalidad Antisocial?

El TAP se caracteriza por un patrón dominante de inatención y vulneración de los derechos de los demás a través del incumplimiento de las normas sociales. Lo cual conlleva en muchas ocasiones a cometer delitos que, como consecuencia de este, termina en una detención. Puesto que estas personas quieren conseguir lo que desean a toda costa tienden a recurrir a la manipulación, engaño y estafa, de manera que usan a los demás como instrumentos que les permiten beneficiarse sin tener en cuenta lo que cultural y éticamente es correcto. Sus comportamientos impulsivos conllevan a que no sean conscientes de las consecuencias negativas de los mismos. Al mismo tiempo, la literatura pone de manifiesto que el problema de este trastorno viene determinado en parte por un fallo en el procesamiento de la información dirigida hacia la consecución de metas y no tanto que no sean conocedores de las normas sociales.

Este trastorno también se caracteriza por una ausencia de responsabilidades tanto personales como sociales. Además de un déficit en la solución de problemas y falta de sentimientos relacionados con la culpabilidad y el amor. Es decir, no sienten remordimiento por sus actos ni tampoco tienen la capacidad de empatizar con el otro. También tienen una tendencia a mostrarse irritables y agresivos, esto se observa en las constantes peleas y agresiones físicas que cometen. Muchos autores consideran que el TAP se trata de un problema relacionado con la mala socialización y, por ello mismo, se caracteriza por actitudes antagónicas y falta de autodisciplina. Muy relacionado con ello, este trastorno también se caracteriza por frecuentes ingresos en centros penitenciarios.

 

¿En qué se diferencia con el Trastorno Límite de la Personalidad?

Sin embargo, el TLP, a pesar de compartir la impulsividad y la agresividad con el trastorno de la personalidad antisocial, en muchas ocasiones esta agresividad e impulsividad se manifiesta en conductas que van dirigidas contra ellos mismos. Como por ejemplo, a través de conductas con: gastos de dinero imprudentes, sexo sin protección, consumo de sustancias, consumo excesivo de alcohol, conducción temeraria y atracones alimentarios puesto que “no tienen cuerpo”.

Por otro lado, las personas que padecen TLP suelen mostrar esfuerzos desesperados para evitar el desamparo real o imaginario, de manera que establecen relaciones simbiontes con los demás y a partir de esa simbiosis se construyen a sí mismos. Una gran mayoría de personas que padecen TLP muestran un patrón dominante de inestabilidad en sus relaciones interpersonales. Así como, en su autoimagen, en los afectos y una sensación crónica de vacío. Lo que les ha llevado a no ser capaces de construir un yo y lo hacen a través de esas relaciones simbiontes con los demás.

Las personas con TAP usan a los demás como instrumentos pero para obtener sus propios beneficios personales sin empatizar, mientras que las personas que padecen TLP sí tienen la capacidad de entender al otro, de analizar la realidad e incluso disculparse en aquellas ocasiones en las que cometen errores.

 

Ingresos penitenciarios

Respecto a la tendencia de frecuentes ingresos penitenciarios por parte de las personas con TAP, la investigación pone de manifiesto que las personas que tienen dicho trastorno de la personalidad al incumplir las normas sociales para poder lograr sus propios beneficios tienden a cometer una serie de delitos que les conlleva a dichos ingresos. Por consiguiente, es observable cómo ambos trastornos se encuentran envueltos en delitos de diferente índole. No obstante, se ve que hay una mayor incidencia del TAP en los delitos relacionados con la vida y la integridad de las personas. Esto es así porque las personas con TAP tienen una gran dificultad para empatizar con los demás y consideran que las personas son instrumentos para conseguir lo que desean y quieren, al mismo tiempo que no consideran que deban cumplir con las normas establecidas para toda la sociedad.

 

Bibliografía

  • American Psychological Association [APA]. (2014). Manual de diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5).
  • López Miguel, M. J., & Núñez Gaitán, M. D. C. (2009). Psicopatía versus trastorno antisocial de la personalidad. Revista Española de Investigación Criminológica (REIC), 7, Artículo 1, 1-17.
  • Rivero, C., Brunal Vergara, B. J., & Sánchez Carballo, Á. (2014). Trastornos de la personalidad en reclusos que han cometido delitos agravados.

 

– Artículo escrito por Olivia Santos (Psicóloga en Prácticas)

AMAI TLP

AMAI TLP, es la Asociación Madrileña de Ayuda e Investigación al Trastorno Límite de la Personalidad.