TLP y las comorbilidades menos comunes

21 Abr, 2022

Hoy en nuestro artículo del blog hablamos sobre las comorbilidades menos comunes que presentan las personas con un diagnóstico de TLP, entre las que se pueden incluir: TOC o TDAH.

La comorbilidad en el Trastorno Límite de la Personalidad

Diferentes estudios de investigación hacen referencia a la manera en la que la comorbilidad en los diferentes trastornos de personalidad complica el pronóstico de los mismos. 

El Trastorno Límite de la personalidad en concreto tiene una alta comorbilidad con diferentes trastornos. Lo cual a menudo supone una dificultad a la hora de hacer un diagnóstico, supone mayor gravedad de los síntomas y del funcionamiento de la persona afectada. Así como dificulta su vida y su pronóstico. 

En primer lugar, estudios hacen referencia a la alta comorbilidad con el Eje II y otros trastornos de personalidad, hablando de un 87% de los casos y siendo clusters A (paranoide) y C (obsesivo y evitativo) significativamente más frecuentes que el clúster B (histriónico y antisocial). Además, es frecuente la diferenciación entre ambos sexos. Siendo la comorbilidad en hombres más frecuentes con el Eje II y los trastornos de personalidad narcisista, antisocial y paranoide. Y en mujeres con trastorno de personalidad histriónico. 

En referencia a los trastornos del Eje I, el TLP tiene una elevada comorbilidad con: 

  • Trastorno depresivo mayor (alrededor de un 87% de los casos) 
  • Trastorno ansiedad (superior a 55%) 
  • Trastorno de Estrés Postraumático (alrededor de un 40% de los casos)
  • Trastorno por abuso de sustancias (entre un 50-65%) 
  • Trastorno de la conducta alimentaria (entre un 50-80%) 

Menos comorbilidad con: 

Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) 

Como hemos visto anteriormente, los trastornos de personalidad son altamente comórbidos con trastornos de ansiedad, especialmente con Trastornos de estrés postraumático TEPT (40% de los casos), pánico con agorafobia (47% de los casos), fobia social (48%) y TOC, sobre el cual nos detendremos algo más a continuación. 

Hollander et al. (2005) señalan la comorbilidad del TOC con el TLP y otros TP con cifras que fluctúan entre 0-55%, comorbilidad mucho menos precisa que con otros trastornos de ansiedad.  Especialmente en episodios de crisis, la inestabilidad afectiva de la persona afectada con TLP tiene mayores niveles de ansiedad y también mayor dificultad de regulación emocional. Esto puede suponer que la persona encuentre en determinados síntomas del TOC una forma de canalizar su malestar a corto plazo. Como una forma de “control” a algo que no tiene recursos para controlar o gestionar. 

Según el origen de los pensamientos intrusivos que causen malestar en la persona, las conductas compulsivas serán unas u otras. De cara al diagnóstico diferencial y comorbilidad, es importante que las obsesiones y compulsiones no respondan únicamente a otra patología adicional. Como por ejemplo sería en el caso de los trastornos de la conducta alimentaria (donde obsesiones y compulsiones girarán en torno a las ingestas). 

Trastorno por déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) 

Son varios los autores que hacen referencia al TDAH como factor predisponente a otros trastornos de personalidad en la edad adulta, entre ellos el TLP. 

Algunos síntomas del TDAH, como la elevada impulsividad, gestión emocional, tolerancia a la frustración, conflictos interpersonales, etc. pueden dar lugar a sintomatología mucho más compleja en la adolescencia (especialmente cuando no se han atendido/trabajado previamente). De esta manera, se habla de la prevalencia del TDAH alrededor de un 42% en la infancia y un 16% en la edad adulta, generando a menudo dudas de si esta prevalencia disminuye como remisión de la sintomatología del TDAH por proceso terapéutico o por dar lugar a cuadros clínicos mas complejos como TP. Speranza et al., (2011). 

Trastornos psicóticos: 

Pacientes con diagnóstico de TLP presentan a menudo como sintomatología episodios psicóticos breves o “micropsicóticos”. Los cuales se caracterizan por, alucinaciones auditivas (síntoma más común), ideas hipocondriacas, ideas de referencia, sentimientos de despersonalización. Comúnmente se ha asociado esta sintomatología en relación al consumo de drogas. Sin embargo, estudios como el de Pearse, Dibben, Ziauddeen, Denman, & McKenna (2014) explican que estos episodios pueden ser intrínsecos al TLP en un 60% de los casos. 

Estos episodios ocurren en respuesta a estrés o ansiedad elevados, desborde conductual o emocional, ideación paranoide o síntomas disociativos graves. Son transitorios, emergen en situaciones puntuales de forma brusca (y en respuesta a un foco de estrés). Por tanto, su duración e intensidad no es suficiente para cumplir los criterios diagnósticos de un trastorno psicótico como tal. Por tanto, no es muy común la comorbilidad del TLP con trastornos psicóticos pero sí con episodios psicóticos breve que en deficiencia de terapia pueden desencadenar psicosis como afirman algunos estudios recientes (Glaser, Van Os, Thewissen, & Myin-Germeys, 2010). 

Trastorno Bipolar: 

A menudo encontramos pacientes con diagnóstico de TLP que dudan de si su sintomatología responde realmente a un trastorno de la personalidad límite o un trastorno bipolar. Cierto es que, entre ambos trastornos, existen una serie de criterios diagnósticos. Y sintomatología similares como labilidad afectiva, impulsividad, gravedad de síntomas que pueden dar lugar a frecuentes intentos autolíticos y disfuncionalidad en diferentes esferas. Además, algunos estudios manifiestan comorbilidad del TLP con trastorno bipolar II en un 20% de los casos y un 10% con el trastorno bipolar I (Zanarini, Gunderson & Frankenburg, 1989). 

Pese al solapamiento de síntomas, la impulsividad que a menudo caracteriza el TLP, en el trastorno bipolar queda delicadamente reservada a su fase maniaca o hipomaniaca, la inestabilidad afectiva en el TLP tiende a ser de duración significativamente más breve que en el trastorno bipolar. Y a menudo, en respuesta a disparadores contextuales (especialmente a la posibilidad real o imaginaria de abandono). Además, los sentimientos de vacío recurrentes en TLP y síntomas emocionales parecen estar mucho más arraigados a la persona, siendo la euforia mucho más característica del trastorno bipolar. 

Por conclusión, el trastorno límite de la personalidad dificulta el mantenimiento del equilibrio y funcionalidad de forma significativamente superior que el trastorno bipolar. 

Conclusión

La comorbilidad implícita en el TLP conlleva una serie de implicaciones clínicas que a menudo dificultan no sólo el diagnóstico sino también el pronóstico de la persona afectada. Por consiguiente, estas personas presentas desde un mayor riesgo de suicidio, a mayor severidad de los síntomas, disfuncionalidad social y vital. 

Con ello, es importante tener muy en cuenta la sintomatología característica de cada persona en concreto a la hora de definir las mejores alternativas terapéuticas y de tratamiento. 

Como conclusión, es esencial darle merecida importancia a hablar de la comorbilidad del TLP en niveles dimensionales más que en especificaciones concretas, atendiendo especialmente a la sintomatología característica del TLP y sus comorbilidades. 

BIBLIOGRAFÍA DE INTERÉS:

  • American Psychiatric Association – APA. (2014). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-5 (5a. ed. –.). Madrid: Editorial Médica Panamericana 
  • Cervera G, Haro G. Martinez Raga J. Trastorno Limite de la Personalidad. Paradigma de la Comorbilidad Psiquiátrica. Madrid: Editorial Médica Panamericana; 2005 
  • Cruz Roche R. Pacientes fronterizos. Cambios en los modos de enfermar. Revista de Psicoanálisis 1995; 21: 103-126.
  • De-Almeida, C.P., Wenzel, A., de-Carvalho, C.S., Powell, V.B., Araújo-Neto, C., Quarantini, L.C. y de-Oliveira, I.R. (2012). Amygdalar volumen in borderline personality disorder with and without comorbid post- traumatic stress disorder: a meta-analysis. CNS Spectrum, 17, 70-75. 
  • Glaser J-P, Van Os J, Thewissen V, Myin-Germeys I. Psychotic reactivity in borderline personality disorder; 2010 
  • Hollander, E., Swann, A. C., Coccaro, E. F., et al. (2005). Impact of trait impulsivity and state aggression on divalproex versus placebo response in borderline personality disorder. 
  • Millon, T y Davis, R.D. (1998). Trastornos de la Personalidad. Más allá del DSM-IV. Barcelona: Masson, S.A. ISBN: 8445805185 
  • Pearse, Dibben, Ziauddeen, Denman, & McKenna (2014) 
  • Speranza, M., Revah-Levy, A., Cortese, S., Falissard, B., Pham-Scottez, A., & Corcos, M. (2011). ADHD in adolescents with borderline personality disorder. BMC Psychiatry, 11, 158. http://doi.org/10.1186/1471-244X-11-158
  • Zanarini, M.C., Gunderson, J.G. y Frankenburg, E.R. (1989). The Revised Diagnostic Interview for Borderline: Discriminating BPD from other Axis II Disorders. Journal of Personality Disorders, 3, 10-18.

Acerca del autor

María Gómez-Escalonilla Borell

María Gómez-Escalonilla Borell

Psicóloga en AMAI TLP

Psicóloga sanitaria por la Universidad Francisco de Vitoria. Experta en trastornos de personalidad por la Asociación Española para Fomento y Desarrollo de la Psicoterapia. Experta en trastornos de la conducta alimentaria por Instituto Centta. Terapeuta EMDR por Instituto Español de EMDR. Y con varios años de experiencia en hospitalización con trastornos de personalidad, trastornos de conducta, trastornos de la conducta alimentaria y psiquiatría general.

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