Síntomas del Trastorno Límite de Personalidad

En momentos de estrés pueden llegar a desarrollar sentimientos de suspicacia y mucha desconfianza, pensar que los demás hablan de ellos, que quieren hacerles daño.

Sintomatología que aparece sobre todo en pacientes que han experimentado un trauma temprano. La disociación es una desconexión entre la mente del individuo y la realidad presente. Esta desconexión se produce cuando el paciente no tolera momentos de estrés muy elevado.

Conductas de riesgo que suelen llevar a los pacientes al servicio de urgencias o a un ingreso. Pueden interpretarse por los demás como formas de manipulación o de llamada de atención, pero son en realidad formas disfuncionales que han aprendido para regular o aliviar un dolor insostenible en ese momento.

Respuesta generalmente impredecible ante disparadores que suelen ser inconscientes para la persona. Es por ello que normalmente sienten que no pueden controlarlo y en muchas ocasiones llegan a no recordar el episodio. La violencia puede ser verbal, física o combinada y puede ser heteroagresiva aunque lo más frecuente es que sea hacia sí mismos.

Sentimiento muy intenso que sienten la mayoría de los pacientes y que describen de diferentes maneras, como un agujero en el pecho, una sensación de estar al borde de un precipicio, que no hay nada que pueda llenarles, o una herida que se desgarra por dentro. Este sentimiento tiene que ver con la ausencia de sintonía con los primeros progenitores y consigo mismos en la actualidad.

Presentan una excesiva sensibilidad al entorno como por ejemplo a la sobrestimulación acústica, a los cambios bruscos como cambios de vivienda, de trabajo o incluso de estación que deriva en cambios en el estado de ánimo.

Viven al otro de manera impredecible, sin poder llegar a sentir una seguridad en la presencia del otro por lo que necesitan estar comprobando constantemente y en un constante estado de alerta.

A veces la sensación de dependencia y el miedo a ser abandonados así como la dificultad que tienen de expresarlo de manera directa genera  gran desconcierto en los demás. Además, la impulsividad puede aparecer como forma de regular el miedo y pueden llegar a invadir el espacio del otro sin darse cuenta, enviando mensajes de manera compulsiva o llamando desesperadamente al otro con el fin de confirmar que siguen estando ahí.

Ausencia de un sentido claro del yo. La persona no tiene una idea clara de quién es, a dónde va o qué quiere. A veces presentan confusión y variabilidad sobre sus valores, opiniones o preferencias y tienden a adaptarse hasta llegar, en ocasiones,  a mimetizarse con las de los demás.

Los pacientes presentan un estado disfórico de base que se alterna con episodios de ira, angustia o desesperación o, en algún momento puntual, de euforia. Raras veces se presentan momentos de bienestar o estabilidad.

Tendencia a actuar sin planificación previa y sin prever las consecuencias a corto o medio plazo. Esta conducta desadaptativa dentro del trastorno tiene la función de regulación del malestar. Es desadaptativa porque se valen de conductas que les suponen un malestar añadido como son, por ejemplo, la conducción temeraria, el sexo de riesgo, compras compulsivas, consumo de sustancias o atracones de comida.