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Hay lugares en nuestra ciudad que por unos motivos u otros no conocemos porque pensamos que puede ser más entretenido o más interesante hacer la visita con más personas. Éste es uno de los casos que nos incentivaron para realizar la última visita del taller de habilidades cognitivas. EL PALACIO REAL.

Si retrocedéis en el tiempo y buscáis la salida de la gimkana por el Madrid de los Austrias podréis leer algo de este palacio ya que alguna de las pruebas tenían relación con la fachada del edificio, la plaza de Oriente y las estatuas que la flanquean, así que esta vez pensamos que sería interesante disfrutar de la residencia real construida por el Rey Felipe V y que a pesar de ser el lugar oficial de los reyes sólo se utiliza para las celebraciones de actos de estado.

Las sensaciones que experimentamos en su interior nos produjeron distintas sensaciones: ilusión, interés, emoción e incluso un desborde de emociones al vernos rodeados de la opulencia presente en cada estancia y a veces agobio por la falta de luz natural y el ambiente rococó.

Talleres Trastorno Límite de Personalidad

A través de las veintitrés estancias de las que consta el itinerario pudimos adentrarnos en las salas donde los reyes escogían la ropa, donde cenaban y comían, el despacho de trabajo, el dormitorio de Carlos III, el comedor de gala en el que resulta sorprendente encontrarse la mesa lista para ser utilizada, la sala de la corona donde nos encontramos los objetos más simbólicos de la Monarquía: La corona y el cetro real, el Toisón de oro y dos documentos muy importantes para nuestra historia más reciente: el Discurso de Proclamación del Rey Felipe IV y la ley orgánica de abdicación del Rey Juan Carlos I.

Algunas de las cosas que más nos gustaron fueron su decoración, su tamaño o la llamada sala Stradivarius que alberga dos violines, una viola y un violonchelo, según dicen la sonoridad del cuarteto es única en el mundo.

Pero como no todo en este mundo nos puede gustar nos incomodó descubrir el contraste entre clases que se siempre se advierten en estos lugares, e incluso hubo a quien le hubiera gustado ver a actores realizando performances por los pasillas y las habitaciones, algo que parece una buenísima idea.

Desde aquí os animo a que lo visitéis, al fin y al cabo el palacio forma parte de la historia de nuestro país.

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