VII Jornadas de Trastorno Límite de la Personalidad: Un gran recorrido de metas logradas

Un gran recorrido de metas logradas

En estas Jornadas Técnicas de AMAI TLP del 2015, contó con la participación de los profesionales más reconocidos de Trastorno Límite de la Personalidad, entre los que destacan el Dr. José Luís Carrasco (Jefe de Unidad de Trastornos de Personalidad del Hospital Clínico San Carlos), Julio Zarco (Director de Atención al Paciente de la Comunidad de Madrid), Cesar Antolín (Director Médico del Instituto Clínico de Psicoterapia y Rehabilitación de Madrid) y Maribel Rodríguez (Directora del Centro Engramas de Psicoterapias Integradoras).

Estas Jornadas se dirigieron especialmente a personas con familiares con TLP y personas interesadas en este trastorno que deseaban adquirir técnicas y estrategias para trabajar desde el ámbito familiar.

En estas Jornadas de TLP, hemos dado un repaso a la conceptualización del TLP, la sintomatología e intervención desde las diferentes áreas en las que solemos trabajar (profesionales en psicología, intervención farmacológica, centro educativo…), así como las diferentes estrategias que podemos aplicar en casa para mejorar nuestra calidad de vida.

Además, los asistentes pudieron realizar preguntas de gran interés para personas con familiares con TLP y que los ponentes respondieron de forma concreta con casos prácticos de ayuda.

Ponentes

El objetivo del proyecto residencial para pacientes con Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) es posibilitar la rehabilitación psicológica y la reinserción social de estas personas. Los componentes básicos del tratamiento que solo una unidad residencial puede ofrecer son:
  • Relación terapéutica intensiva y con seguimiento continuado
  • Prevención activa de conductas impulsivas y adictivas peligrosas
  • Separación de ambientes perniciosos, tanto de los entornos antisociales como de las situaciones familiares en las que la dependencia y la hostilidad se han convertido en un factor pernicioso para el tratamiento.

Nº Colegiado: M-33082

Ana Cabadas

Psicóloga

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Ana Cabadas es psicóloga general sanitaria, licenciada en Psicología por la Universidad de Santiago de Compostela. Posee formación avanzada en terapia sistémica y familiar y es terapeuta EMDR por la asociación EMDR España. Y posee un máster en Trastorno de la Personalidad por la Universidad Complutense de Madrid. Tiene una amplia experiencia en trastorno mental grave trabajando como psicóloga en clínicas de neuropsiquiatría. Es experta en la aplicación de la terapia Cognitivo Conductual y en la colaboración y dirección de terapia grupal, buscando romper el aislamiento de los pacientes, la creación de un espacio seguro para ellos, potenciar sus habilidades sociales y sobre todo, guiarlos hacia el cambio que deseen.

Nº Colegiado: M-18482

Diana Torres

Psicóloga

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Ojo: Aquí no debe escribirse nada

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Diana Torres es licenciada en Psicología, y experta en Evaluación e Intervención en Ansiedad y Estrés, así como en Psicomotricidad terapéutica. Posee más de 20 años de experiencia ejerciendo como psicóloga. Y tiene un máster en Trastorno de la Personalidad por la Universidad Complutense de Madrid. Dentro de su formación destacan los Talleres terapéuticos Trastorno Límite, lo que le otorga un gran conocimiento sobre esta enfermedad.

Nº Colegiado: M-28988

Miguel Ripoll

Psicólogo

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Ojo: Aquí no debe escribirse nada

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Miguel Ripoll es licenciado en Psicología con un máster en Trastorno de la Personalidad por la Universidad Complutense de Madrid. Mientras estudiaba se formó en el Test de Rorschach, herramienta utilizada para el psicodiagnóstico. Además, posee formación específica en Psicoterapia Psicoanalítica y es el coautor del “Estudio del dibujo de las manos en el test de la figura humana (H.T.P.) y su relación con los vínculos”, que fue publicado en la Revista de la Sociedad Española del test de Rorschach y Métodos Proyectivos SERYMP.

Todos estos aspectos se escapan a los tratamientos proporcionados en unidades ambulatorias o en hospitales de día, e incluso en comunidades terapéuticas que no pueden alcanzar estos objetivos por su limitado tiempo de estancia. Las unidades ambulatorias pueden proporcionar terapia psicológica orientada al aprendizaje de la regulación emocional y de habilidades interpersonales básicas. En el hospital de día, los pacientes aprenden a desarrollar roles, sentido de la identidad propia, habilidades de autorregulación emocional y de la conducta interpersonal y autoconocimiento vocacional. No obstante, es frecuente que todo lo aprendido parezca inexistente cuando el paciente tiene que enfrentarse a sus ambientes social y familiar sin el apoyo de estas unidades terapéuticas. Esto ocurre en un número importante de pacientes con trastorno límite de la personalidad que debemos considerar graves, caracterizados por una severa limitación funcional. Dicha limitación puede deberse a la propia patología del paciente, como la impulsividad grave o los rasgos narcisistas, o bien a la existencia de disfunciones importantes en las dinámicas de relación familiar o en el entorno social. Por lo común, estos pacientes vuelven a situaciones de dependencia familiar mórbida, a veces parasitaria, al aislamiento social con falta de amigos y de relaciones estables, al fracaso laboral y, en ocasiones, a la frecuentación de entornos relacionados con el consumo de drogas.

Es por tanto el paso terapéutico asociado a la reintegración social el que está frenando los procesos terapéuticos para la recuperación de estos pacientes. Este escalón terapéutico es el más desatendido actualmente por los servicios públicos. Se han potenciado en los últimos años los recursos para el tratamiento médico y psicológico en estos pacientes, pero hay una carencia casi completa de recursos de reintegración social. El paciente con trastorno de personalidad grave carece de la identidad propia y de la automotivación necesarias para poder aplicar lo aprendido en las terapias psicológicas. Necesitan por ello un soporte terapéutico más directivo y más estructurado, en el que se les va guiando por los pasos necesarios para la rehabilitación y se les proporcionan además algunos elementos básicos como la vivienda, el taller y las relaciones sociales que por sí mismos no son capaces de alcanzar. En este aprendizaje supervisado y guiado, el joven con trastorno límite de la personalidad puede encontrar su identidad, su dirección y, con ello, su curación.

 

Lo más destacado

La actividad de la residencia tiene que traducirse en la rehabilitación personal y social de personas jóvenes que estaban condenadas a la cronicidad clínica, a la incapacidad funcional y al desarraigo social.

Las familias no tendrán que soportar toda la carga de la enfermedad y con la recuperación de los pacientes mejorarán también las dinámicas familiares.

Allí donde no había familias, la residencia permitirá alejar a estos jóvenes de la marginalidad y de los entornos antisociales.

Objetivos

1

Proporcionar alojamiento en régimen residencial controlado con el objetivo de dirigir y supervisar la interacción social de los pacientes.

2

Proporcionar tratamientos médicos y psicológicos grupales e individuales dirigidos a mejorar el autoconocimiento, la calidad de las relaciones interpersonales y el autocontrol.

3

Proporcionar talleres de formación vocacional y laboral dirigidos a la adquisición de una autonomía funcional completa de los pacientes.

Acciones

Dotarse de unas casas acondicionadas para la residencia de cincuenta personas y del patrocinio necesario para el mantenimiento continuado del mismo.

Proveerse de recursos humanos necesarios.

Diseñar y ejecutar un plan de integración de la Unidad Residencial en los ámbitos sociales y laborales. Se establecerán alianzas funcionales con empresas y organizaciones sociales que se concreten en acciones reales de reintegración laboral y profesional (contratos en empresas, trabajos protegidos y supervisados, integración en ONGs, colaboración en los servicios sociales de ayuntamientos y comunidades).

Programación de actividades

La Unidad residencial funcionará como una comunidad terapéutica dirigida y supervisada. Los ocupantes deberán realizar las tareas de cuidados, limpieza y mantenimiento de la residencia, recibiendo asistencia externa solamente para los servicios especializados de cocina y reparaciones especiales. Las tareas de cuidados y conservación de la residencia forman parte del programa terapéutico en el apartado de hábitos de autonomía y fomento de la convivencia social.

Ponencias

Ayudando a las personas con TLP
y a sus familias

El trastorno Límite de la Personalidad tiene
tratamiento y mejora

Ayudando a las personas con TLP
y a sus familias

El trastorno Límite de la Personalidad tiene
tratamiento y mejora

Ayudando a las personas con TLP
y a sus familias

El trastorno Límite de la Personalidad tiene
tratamiento y mejora

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