Skip to main content
All Posts By

Ana Cabadas

estres

Divorcios y separaciones como acontecimiento vital estresor

Por Prevención

En la actualidad los divorcios y las separaciones son un acontecimiento vital absolutamente normalizado e integrado en la sociedad por lo que en sí mismos no son un evento disparador o desencadenante de ninguna conducta desadaptativa, sin embargo se ha establecido como un factor ambiental que desarrollado de una determinada manera puede ser un factor de riesgo para patologías como el trastorno límite de personalidad.

En sí mismos  representan una forma de libertad, de segunda oportunidad y de buscar solución a una situación que está generando erosión y daño para las personas que toman esa decisión, sin embargo el divorcio puede vivenciarse como una situación de estrés para el menor al percibir como se rompe una estructura conocida con roles definidos que hasta ahora le proporcionaba una seguridad.

Si esto, además se gestiona de forma abrupta o impulsiva, generando inestabilidad e incertidumbre, también existe una falta de estructura y de límites, así como una falta de comunicación, terminando muchas veces por convertirse en un conflicto de fuego cruzado en el que los menores se convierten en un arma arrojadiza, el contexto ya resulta invalidante y dañino para el niño y puede suponer un elemento estresor que puede terminar generando fallas en la estructura de personalidad.

Por tanto, el cómo es fundamental en estos procesos, es decir es importante entender que el vínculo que se establezca con el menor a raíz de la separación es definitorio para la situación emocional del mismo.

Generalmente en estos procesos una de las dos partes pasa a un segundo plano en el ámbito emocional, es decir esta menos presente y disponible para el niño, incluso en muchas ocasiones trata de compensar esa ausencia en lo instrumental, con premios materiales entendiéndolos como sustitutivos. A esto añadimos la falta de comunicación entre progenitores que termina produciendo una enorme inestabilidad al niño, ya que no entiende cual es el marco en el que tiene que moverse, que es lo que está bien y lo que está mal, en definitiva cuales son los límites.

Por tanto es fundamental entender que aunque exista una realidad de separación sentimental con respecto al otro, existe un proyecto vital común que es la crianza, donde es importante remar en una misma dirección, con consenso. Cuando cada uno de los progenitores actúa sobre sus puntos de vista diferentes, terminan anulando el efecto de los esfuerzos mutuos y el resultado típico es el aumento de la tensión y resentimiento entre los miembros de la familia, así como la falta de progreso en la superación del problema.

También entender que los dos progenitores tienen la misma importancia en el proceso evolutivo del menor y que ninguno es prescindible, por tanto debería favorecerse siempre la relación con el otro para una crianza adaptativa, funcional y sana.

Cómo viven el sentimiento de soledad las personas con TLP

Por TLP y la Salud Mental

El sentimiento de soledad ha doblado su incidencia tras la pandemia, pasando de un 5,2 % de españoles a un 11% que verbalizan haberse sentido solos de un modo grave según el Informe España. Una incidencia que se dobla cuando hablamos de población joven. Que paradójicamente es la más conectada a las redes sociales y al mundo virtual. Por tanto podemos estar hablando de la enfermedad silenciada de esta nueva era que no deja de crecer.

Seguir leyendo

crisis

Estrategias de intervención en crisis

Por Prevención, TLP y la Salud Mental

En el artículo de hoy hablaremos sobre la importancia de tener un plan de actuación ante situaciones de crisis, de las herramientas necesarias para poder manejarlo, Así como de los factores de riesgo o de protección.

Las crisis en el trastorno límite pueden ser vividas de forma muy diferente por las personas que lo sufren. Pero generalmente se traducen en un elavadísimo nivel de activación que suele generar un bloqueo emocional y mental en la persona que lo vive. En ocasiones pueden aparecer acompañadas de explosiones de ira hacia uno mismo o hacia otros,  llantos desmedidos e incontrolables, huidas, autoagresiones, parálisis o congelación o aumento de la ideación suicida.

Seguir leyendo